Con el ducado de Agraciada al norte y el de Eisara al sur, Hogar debería tener una posición difícil en el mapa de Zhirsanaq. Pero no es así. Fruto de la unión de las casas Zembere y Lucahessi tan pronto tuvieron lugar los primeros asentamientos en lo que ahora es el ducado de Maror, Hogar aglutinó a las dos familias más ricas de Ridalia. Este matrimonio fue la respuesta a una ola de atentados que amenazaban con erradicar a ambas familias. Que se fundara una nueva casa entre los ducados no era asunto baladí. Muchos los denostan por no ser de rancio abolengo (pese a la larga tradición de los apellidos Zembere y Lucahessi).
La adopción de un nuevo emblema era conveniente. Bajo un nombre sin tradición nadie sentiría que traicionaba a los suyos si se acomodaba bajo este estandarte. Nadie, ni siquiera aquellos que vinieran de terceras familias o carecieran de títulos.
Ese pragmatismo moldeó la personalidad de los Hogar, su credo y sus actos. Disciplinados, desapasionados, calculadores y manipuladores como pocos no solo sobrevivieron a las purgas. También consiguieron establecerse en su propio territorio y amedrentar a las casas más antiguas, evitando que sus ejércitos cruzaran los ríos que demarcaban las lindes de sus tierras.
Atrajeron oficios y maestros de todas las condiciones y establecieron un sistema jerarquizado pero adaptable; burocratizado pero eficiente, capaz de concentrar la energía y los recursos donde se necesitan en el momento apropiado. Ni sobra ni falta es su lema y puede leerse en las hojas de las armas de los disciplinados monjes Au Yei, una orden espiritual que lava el pasado de quien la abraza y que entrena a sus miembros en las disciplinas de la guerra y la escaramuza con efectividad y desapasionamiento.
De todos los miembros del Consejo presentes el día de la Matanza, solo la vieja Shej-nah Hogar se encontraba fuera del edificio cuando esta tuvo lugar. Solo ella salvó la vida y aun hoy conserva su puesto. Su hija y heredera TseLaa Hogar ocupa el asiento que dejó libre su difunto marido.
Los pescadores, campesinos, leñadores, mineros, artesanos y demás plebeyos que viven en su ducado deben pertenecer a un gremio sancionado por los Hogar. Si se demuestran hábiles y efectivos, poco proclives a ceder a sus instintos y obrar solo tras la reflexión iluminadora podrán progresar en estas organizaciones independientemente de su origen, raza o costumbres. Los Hogar aprecian a quienes entienden los objetivos y están dispuestos a todo para cumplirlos.
Son muchos los viajeros que rinden pleitesía a los Hogar tras venir llamados por estos desde todo rincón del continente. Las redes de información de la casa se extienden por doquier. Así saben dónde pedir y dónde golpear en cada momento. La sangre de un asesinato en la otra punta de Zhirsanaq puede proporcionar la tinta con la que se firma un pacto de mutua defensa en Los Seis Ducados.
Información General
Gobierno: Toda Ley que afecte exclusivamente al Ducado de Hogar emana de la casa epónima. Solo la vieja Shej-nah Hogar sobrevivió a la Matanza del consejo. Eso de por sí despertó suspicacias y recelos. Su hija y heredera TseLaa Hogar ocupa el asiento que dejó libre su difunto marido. El día a día está regido y programado por los diferentes gremios quienes responden directamente ante la Junta de Sabios que presiden miembros de la familia Hogar. Se trata del ducado con menor actividad religiosa de la (corrupta) Iglesia de Ashmet.
Otros centros de poder: Los gremios criminales silenciosamente se han ido abriendo paso en las ciudades y pueblos de Hogar, tanto es así que muchos de los gremios de artesanos y comerciantes están bajo su control, así como varios miembros de la Junta.
Población: Los Hogar prefieren grandes núcleos urbanos, todos muy parecidos entre sí. La red de comunicaciones es envidiable y hay postas, albergues y servicio de transporte de fana legendaria. Las ciudades suelen sumar entre cuatro y seis mil almas y se ven abastecidas de materias primas y alimentos por tres o cuatro pueblos de entre quinientos y mil habitantes. En las ciudades hay una mayoría de humanos y algunos gnomos venidos de las montañas.
Producción: Hogar es un ducado relativamente rico en materias primas, sus bosques le proveen de infinidad de materiales necesarios, así como sus pastos que mantienen una creciente cantidad de rebaños. Sin contar las recientes explotaciones mineras en las montañas de la columna.
Guardia: Aparte del ejército que mantiene la familia, en muchos pueblos, sobre todos los más alejados de la capital son los monjes Au Yei quienes mantienen la paz y vigilan los caminos. una orden espiritual que lava el pasado de quien la abraza y que entrena a sus miembros en las disciplinas de la guerra y la escaramuza con efectividad. Estos monjes, celosos guardianes de la rectitud moral, podrían convertirse en un problema para la casa dirigente.