Los Seis Ducados (IV): Ducado de Aglessir

Lana Aglessir la Santa, fue de las primeras en unirse cuando Querome de Gladiis empezó a buscar aliados para dar su golpe de estado en Ridalia. Sus motivos eran sinceros: su devoción por Ghodeir no era compatible con la laxa aplicación de los preceptos morales de esta deidad por parte de Acrid, más preocupado en tener al pueblo contento.

Lana se veía como una mujer pía y no dudó en martirizarse presentándose ante el juicio real, aplastada la revuelta, para hacer conocer su punto de vista y los motivos de sus acciones. Con su ejecución se inició el éxodo de sus familiares y amigos. Hoy en día, sigue siendo adorada como una santa en el ducado de Aglessir bajo el buen auspicio de la (corrupta) Iglesia de Ashet.

No hay mayor número de monasterios y santuarios en todo el continente de los erigidos por el devoto pueblo de este ducado. Pocos gobernantes apoyaron tanto como los Aglessir las acciones contra el profeta de Tundaśare. Aportaron tropas devotas, naves cañoneras, artefactos de asedio, oro y armas que pusieron a disposición del Sacro Ejército. De todas las casas, solo ellos enviaron al frente a sus herederos y familiares; solo la noble sangre de los Aglessir sirvió a la causa de la cruzada.

La rendición de las tropas del profeta se vio como una señal evidente de la bendición de los dioses y de la protección de Santa Lana. La traición de Nauj Ol Manskear, como un recordatorio de que la guardia no debe bajarse nunca. Ante la victoria, cabía redoblar el celo. Se instituyó el Oficio de Santa Lana, clérigos y clérigas educadas en los propios monasterios y templos del ducado en condiciones de abnegada devoción mesiánica con el único propósito de mantener pura el alma de Los Seis Ducados. Con efectividad tal que, recientemente, han descubierto filtraciones de miembros de Ashimet en la Iglesia de Ashet.

El fuego purificador permitirá ver claramente el camino. Llegará el día en que sea la bondadosa voluntad de Santa Lana la que guíe el destino de Ridalia tras una justa Cruzada que redima al pueblo de las malas acciones de los desviados Goldentree.

Actualmente, las sillas del Consejo pertenecientes a la familia Aglessir las ocupan Anna y Sara, conocidas como las Santas del Fuego Purificador por su celo contra la herejía.

Todos los habitantes de este ducado donan la mitad de sus recursos a la Orden de Santa Lana, una organización religiosa libre de la corrupta influencia de la Iglesia de Ashimet, pero temida por su credo zelote e inmisericorde con el pecado y los pecadores.

Información General

Gobierno: Mientras que Anna y Sara Aglessir se ocupan de su secta, la política del ducado recae sobre su sobrino Meskaan, el cual tiene también su propia agenda. Bajo las narices de sus tías ha introducido a los primeros miembros de los gremios criminales tras las murallas de la Ciudad Blanca.

Otros centros de poder: Por un lado, el gobierno del ducado, por otro las Santas del Fuego Purificador y ahora los gremios criminales. Pero aún quedan algunos seguidores de Nauj Ol Manskear entre el pueblo y gente de cierto poder.

Población: El ducado no tiene más de 20.000 habitantes, su población en los últimos años ha decrecido bastante, aunque la mayoría se concentra en la Ciudad Blanca y sus alrededores. A lo largo del ducado un viajero se topará con decenas de aldeas abandonadas.
Producción: La principal fuente de riqueza son las minas de las montañas, sin embargo, su producción ha descendido mucho por la falta de mano de obra. Como el resto de los ducados, las tierras son fértiles y pocas son las granjas que aún se mantienen en pie.

Guardia: Solo la Ciudad Blanca tiene guardia estable y mantiene una estricta vigilancia sobre la población. Por otro lado, el ejército bajo el dominio de Meskaan se mantiene fuera de la ciudad realizando tareas rutinarias y patrullando sus fronteras.

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