Los Seis Ducados (III): Ducado de Maror

El ducado de Maror fue el primero en establecerse tras el exilio. Todas las caravanas se asentaron inicialmente aquí tras cruzar, con muchas bajas por hambre y enfermedad, el Desierto de Vinare. Dado que el poder de la nobleza se sustenta en la leyenda y el renombre, no es de extrañar que la casa Maror lleve a gala este hecho: se consideran el “germen” de los Seis Ducados, descubridores del mar interior que salvó a su pueblo y herederos de los feudos y malentendidos que surgieron entre los primeros colonos.

Los primeros meses aquellos asentamientos desperdigados apenas sumaban seis mil almas. Se estableció un Concilio de Nobles para establecer las obligaciones y derechos de las nueve casas.

Los tres representantes de la casa Elioné perecieron en extrañas circunstancias. Trotta Maror acogió de buen grado a sus súbditos bajo sus alas. Y con ese incremento de fuerza empezó a construir un puerto que permitiría unir las orillas de lo que terminaría por convertirse en el Mar de los Ducados. Desgraciadamente el resto de las casas encontró inaceptables las tasas y condiciones de uso que Trotta proponía y se inició un nuevo éxodo que arrastró a cinco sextos de la población. El ducado prosperó gracias a unos primeros años durante los cuales la comunicación con la costa oriental del mar interior pasó necesariamente por Maror y gracias al abnegado esfuerzo de granjeros, mineros y pastores cuyos excedentes (reales o extraídos por la fuerza) alimentaron a los vecinos del sur a precios abusivos durante el periodo de asentamiento.

Ninguna casa guarda aprecio a los Maror y todos la odian con menor o mayor disimulo. Pero Trotta y sus descendientes demostraron inteligencia y paciencia, establecieron y mantuvieron un ejército imponente y, más importante, el Bastión de Fe, sede inicial (y más importancia hasta la fecha) de la Hueste Sagrada, cuyas filas se nutren casi al noventa por ciento de súbditos de Maror.

Tras la Guerra Santa contra el profeta, las sillas pertenecientes a la familia Maror en el consejo las ocupan Agior Maror y su tía Dian Maror. Agior es un niño cruel y malcriado de trece años que está acostumbrado a tomar lo que quiere sin preguntar. Dian es una mujer astuta e instruida que entiende el valor de amagar sin golpear, de prometer y justificar el posterior incumplimiento pareciendo una víctima y no una mentirosa.

Más que entrar en lucha abierta con su sobrino ha ideado una estratagema para aplacar su sadismo y utilizarlo como herramienta de terror. Dian ha instituido un destacamento especial de trescientos hombres y mujeres a caballo cuya única finalidad es erradicar del mapa a amigos y familiares de Nauj Ol Manskear y ha conseguido venia para que actúen impunemente como jueces y ejecutores en todos los Seis Ducados. Evidentemente Agior ha sido ordenado Capitán Máximo de esta denominada Orden de la Justa Retribución.

Con esta fuerza especial, que goza de la bendición de la corrupta Iglesia de Ashet por erradicar herejes, campando a sus anchas por todo el territorio, el resto de las casas se guardan mucho, de momento, de atacar de manera abierta a la casa Maror.

Información General

Gobierno: Toda Ley que afecte exclusivamente al Ducado de Maror emana de la casa epónima. Actualmente, Agior Maror, un perverso y malcriado joven de quince años, y su tía soltera de cuarenta y siete años, Dian Maror, gobiernan. Son ellos quienes se sientan en el Consejo para defender los intereses de su casa y votar las Leyes que afectan al conjunto de ducados.

Otros centros de poder: La Hermandad de Gremios de Maror no siempre se ve favorecida por las decisiones de la casa Maror, que no deja de verlos como una fuente de ingresos y unos alborotadores sociales y poco más.

Población: Casi ochenta mil almas están bajo la protección de la casa Maror. Casi todos ellos son humanos, pero no hay población de más de mil almas en la que no haya semielfos y gnomos.
Producción: La principal fuente de riqueza es el comercio y la explotación del puerto de Maror y la redistribución de mercancías hacia todo el lado occidental del mar interior. Como el resto de los ducados, las tierras son fértiles y las explotaciones mineras producen cobre, plata y hierro en abundancia, si bien el rédito directo tras impuestos no incentiva la extracción.

Guardia: La Orden de la Justa Retribución tiene su sede en la ciudad portuaria de Marona. Hay unos mil miembros del Sacro Ejército y no menos de setecientos miembros de la Hueste sagrada se encuentran permanentemente en el territorio. Caminos, puertos y pasos son patrullados con bastante regularidad por más de cuatro mil efectivos regulares de patrulleros con paga directa del propio Consejo.

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