Los Agraciada dicen descender de una elegida de Lhaurelia y son defensores de la vida rural y contemplativa. Son gente dura criada en pastos y montaña; domadores de animales y granjeros. En Ridalia mantenía Casas de Cura donde se atendía por la voluntad a cualquiera que lo necesitase.
Pocos veían evidente la trama de fraude y latrocinio urdida alrededor de estos recintos supuestamente sagrados. Peregrinos desprovistos de sus pertenencias, donativos que nunca llegaban a los templos, truculentos favores que se pedían a personas desesperadas que necesitaban cuidados mágicos.
Cuando las disputas sobre el uso del puerto de Marona se recrudecieron, Lalo y Senia Agraciada no dudaron en embarcar en vehículos improvisados a los suyos y cruzar el mar interior. Muchas vidas se perdieron por deshidratación o hambre. Pero poco costó convencer a los supervivientes que eran elegidos de la diosa de la naturaleza y que habían escapado de la tiranía de los de Maror por la misma Gracia que los había salvado de la de los Goldentree.
El eficiente cultivo de la tierra y la inteligente explotación ganadera permitió multiplicar los efectivos en poco tiempo. La expansión hacia el este conllevó la extracción del mejor hierro de la zona y se establecieron pequeñas comunidades cercanas a estas explotaciones. Un frágil acuerdo con los Vinar permitió usar la ciudad de Virdesh como punto de conexión entre el Ducado de Agraciada con los territorios del Norte. Pocas preguntas surgieron de como lograron convencer a los enanos del desierto para llegar a este acuerdo, aunque el resto de duques sospechan de que algo más hay en el fondo.
Tras el magnicidio perpetrado por Nauj Ol Manskear, Assa y Dissa Agraciada, duquesas por derecho propio, primas y amantes, decidieron establecer una fuerte alianza con el culto a Ashimet (desconocedoras de la verdad tras la Iglesia de Ashet) gracias a los vínculos con asesinos y ladrones del periodo de su casa en Ridalia. Han vuelto a instaurar Causas de Cura por todo el territorio y, desconfiando del resto de ducados, han vuelto a interesarse por el estudio de los venenos y las enfermedades como armas. Han elegido a falsas sacerdotisas de Lhaurelia para que se unan a su red de matronas envenenadoras y han recuperado el gusto por la extorsión a los mercaderes de la zona.
Mientras tanto, no dejan de crecer los rumores de un pacto con el reino de Ridalia para servir en bandeja a las otras cinco casas a cambio de una amnistía absoluta para los Agraciada y sus allegados.
Información General
Gobierno: Toda Ley que afecte exclusivamente al Ducado de Agraciada emana de la casa epónima. Assa y Dissa Agraciada gobiernan como dos madres severas que, aparentemente, se preocupan de la salud física y espiritual de sus siervos. Las aldeas se organizan entorno a una casa mayor regida por una comendadora o, ya sin tintes religiosos, por un alcalde o alcaldesa que representan la Ley y hacen valer las normas de las duquesas. Tanto las comendadoras como los alcaldes tienen potestad de presidir juicios y dirimir disputas entre los vecinos de su pedanía.
Otros centros de poder: Siendo una sociedad inminentemente rural, se deduciría que los asaltantes de caminos y ladronzuelos habituales en las ferias serían los principales peligros del ducado. Sin embargo, hay células del culto a Ashimet que operan al margen de los clérigos que suplantan a los auténticos siervos de Ashet. El natural secretismo de los Ashimetinos favorece esta doble acción desorganizada. Muchos de esta segunda célula conspiran para controlar las Casas de Cura en un doble juego para con los Agradecida. Para complicar aún más la situación, los acercamientos a los Gremios criminales llevan derroteros similares y en cualquier momento puede estallar una guerra entre bandas de timadores y asesinos por hacerse con la región.
Población: Poco más de cuarenta mil almas están bajo la protección de la casa Agraciada. No hay núcleos urbanos excesivamente grandes y lo normal es que los pueblos y villas no superen los mil habitantes, salvo en la capital Agraciada, donde se llega a los cinco mil censados más el ir y venir de quien necesite visitarla. Casi todos ellos son humanos, pero hay algunos elfos que se sienten a gusto en un lugar donde (supuestamente) se respeta tanto la Naturaleza.
Producción: principalmente alimentos (con conservas y ahumados famosos en todo el continente), cabras y vidrios. El comercio es escaso y las ferias de los pueblos atraen solo a los granjeros y pastores más cercanos.
Guardia: Toda la guardia de Agraciada está supeditada a la familia ducal, por lo que las poblaciones fuera de la capital no poseen tropas propias más allá de un alguacil y unos pocos ayudantes. En caso de necesidad, un alguacil solicitará voluntarios para preparar defensas, asistir en batidas o portar noticias de un pueblo a otro. No existe un servicio postal oficial pues la incomunicación es clave para el negocio de las duquesas.