La Ciudadela
La Ciudadela es una de esas ciudades que tienen canciones y que están en las leyendas, pero existe y es monumental. La Ciudadela se construyó gracias al esfuerzo de todas las razas que forman esa extraña alianza norteña. Está ubicada en la falda de una enorme montaña, al final de una de las estribaciones de la Columna, pero en realidad la cuidad crece y se alza en la cara norte de la montaña.
Los enanos excavaron y siguen excavando el interior de la montaña para seguir construyendo estancias, galerías y zonas habitables. Los elfos usan el hielo y las rocas para levantar la zona exterior a través de la magia, uniendo estos componentes con los enormes árboles árticos creando el imponente exterior. Desde fuera la sensación es que la cuidad es un único edificio que escala la montaña, y en realidad es algo parecido. Cuando más se adentran los enanos en la montaña, más arriba llega la ciudad.
Si el exterior es imponente y monumental, el interior es aún más impresionante. Enormes estancias excavadas en el interior de la montaña, enormes plazas que pueden ver el frio exterior a través de los enormes paneles de hielo y cristal, enormes árboles que atraviesa la estructura que dan color al interior y permiten que sea habitable el lugar.
La Ciudadela comenzó su construcción como monumento a la alianza forjada entre los habitantes del norte tras la Gran Guerra. Sería el lugar de reunión y refugio en caso de ser necesario. Con el tiempo, todos los clanes, familias y tribus lo tomaron como punto de referencia, y lo que iba a ser un lugar de reunión para los representantes se convirtió en un lugar habitado por miles de personas.
Aunque la Gran Guerra no afectó directamente a la población del norte, sus efectos se dejaron notar. Primero fue el regreso de los dragones de su exilio forzoso. Los dragones blancos más ancianos trataron de regresar a sus antiguos dominios, pero se encontraron que estaban ocupados por seres humanoides, ogros, humanos y enanos. Aunque más tarde llegarían los elfos, otra molestia para ellos. Durante siglos todos ellos tuvieron que combatir a los dragones que reclamaban sus viejos territorios. Con el tiempo, se forjó la alianza que permitiría que sobrevivieran e incluso convertirse en una nación para tener en cuenta en el futuro.
Varios siglos tras la conclusión de la guerra, un grupo de valientes logró detener a los Tres Traidores como se les ha conocido desde que acabó la guerra; Osrun el Nigromante, Halmana Aimterr, la Gran Sacerdotisa de Ashimet y Sinna Passut, la asesina.
Para poder contener a los traidores, antaño conocidos como héroes, los reyes de los Viejos Reinos solicitaron la ayuda de los norteños. Estos respondieron a sus misivas y firmaron un acuerdo que hoy en día se sigue manteniendo. Los pueblos del norte se harían cargo de contener y mantener aislados a los traidores hasta su muerte. Este tratado convirtió a la Ciudadela en una prisión, por desgracia, además de los tres traidores también había otras entidades que contener y evitar que asolaran Zhirsanaq. La prisión tuvo que crecer.
La Prisión
Durante todo este tiempo han campado por Zhirsanaq muchas entidades de otros planos, diablos, demonios y otros seres que, aunque se expulsara del plano material siempre encontraban una forma de regresar. Sobre todo, porque disponen de seguidores que vuelven a invocarlos para someterse a su voluntad. Para evitar esto, se acordó que la prisión crecería y para ello deberían mejorarse las instalaciones y asegurarse que no podrían escapar.
Durante ese proceso, los tres traidores escaparon. Sinna murió antes de poder salir de la Ciudadela. Osrun fue herido mortalmente, pero logró recuperar uno de sus libros y consiguió convertirse en liche antes de que fuera tarde. Halmana huyó al sur y sus perseguidores perdieron su pista.
Para evitar que esto volviera a pasar, los magos más poderosos del mundo conocido fueron llevados al norte y trabajaron junto a los enanos y los elfos en lo que es hoy por hoy la prisión más segura de Zhirsanaq. Cada una de las celdas está creada y diseñada como semiplanos de bolsillo, haciendo imposible que los prisioneros puedan ser invocados desde el exterior. Además, la entrada y salida al plano material solo tiene una puerta de acceso que está bloqueada con protecciones específicas para su inquilino. Aún hoy, se mantienen prisioneras a más de cuarenta entidades hasta que se les pueda enviar de vuelta a sus lugares de procedencia con garantías que impidan su regreso.
Información General
Gobierno: La Ciudadela es algo así como la capital del norte y esta regida por un cónclave de representantes de cada raza que conforma esta alianza. El cónclave está formado por Nephinae Chaestina, representante de la Estirpe del Hielo. Girnu Bhilr, representante de las tribus bárbaras. Eangoli, representante de los Escamas Blancas. Wokor Aorag, de los ogros y, por último, Yadek Befrirlun, como representante de los enanos.
Otros centros de poder: Dentro de la Ciudadela no se cuestiona ninguna decisión tomada por el cónclave. Sin embargo, la prisión está dirigida por un elfo llamado Pywaln Enmys, descendiente de Myrin y sus consejos se toman muy en cuenta dentro del cónclave.
Población: En la Ciudadela residen unos 25.000 habitantes de todas las comunidades y muchos otros provenientes de los viejos reinos. La gran mayoría son población civil dedicados a los cultivos que se realizan en las galerías interiores y en las balconadas que dan a la gran plaza. Otros muchos tienen entrenamiento militar y forman parte del ejército de defensa o de la guardia encargada de la prisión.
Producción: Aunque en las galerías agrícolas, ya sean interiores o exteriores se cultivan todo tipo de verduras, hortalizas y frutas. El pastoreo exterior es uno de los medios para mantener a tanta población. Sin embargo, se ha convertido en un lugar de comercio muy importante en el norte y el cónclave compra todos los alimentos que llegan para asegurar la alimentación de tanta gente durante el invierno.
Guardia: Aproximadamente el 20% de los habitantes son soldados o miembros de la guardia de la prisión. El ejército de la Ciudadela es la defensa frente a los ataques de los dragones blancos en la zona y siempre están preparados para salir sean las circunstancias que sean. En la Ciudadela cuentan con la ayuda de algunos portales errantes y de esa forma pueden desplegar el ejército con mucha rapidez.