En el norte solo con nombrar a Ziorgaerryr es suficiente para que se ericen todos los cabellos del cuerpo a los presentes. Ziorgaerryr es una dragona blanca muy anciana que ha gobernado durante más de un milenio todo ese territorio. Ziorg fue la única dragona que decidió no exiliarse, sospechó de las intenciones de Querome y se ocultó en una profunda cueva helada para dormir durante siglos junto a varios huevos que aseguraban su descendencia.
Lo que se conoce como Los Hielos es una extensión enorme de terreno que incluye también una gran zona de mar cercana a la costa. Se extiende desde el Bosque Muerto hasta la orilla del Río Negro y al sur termina en las laderas de la Columna.
Antiguamente todo este territorio estaba congelado durante todo el año porque Ziorg usaba la magia para alargar el invierno de forma antinatural, pero desde que se echó a dormir no se ha preocupado de mantener este efecto y, por lo tanto, de forma muy tímida, seres venidos de las tierras del este han ido ocupando el lugar. Incluso gigantes de las colinas y de piedra han descendido a los valles y estepas que existen entre los grandes ríos.
Tras su despertar ha aprovechado para devorar a algunos de estos nuevos ocupantes, pero enfrentarse a los gigantes es un problema al estar sola. Su progenie es aun muy joven para ayudarla con los problemas más grandes, así que solo patrullan el área para evaluar las amenazas. Con el regreso del resto de los dragones, muchos de los dragones blancos venían con nuevos servidores, los dracónidos de escama blanca. No solo eran esclavos, también eran guerreros que podrían atacarles en sus propios refugios. Ziorg determinó que lo mejor que podía hacer era atacar a los dragones y robarles a sus sirvientes y eso fue lo que hizo.
Tras matar a varios de los dragones blancos que regresaron a Zhirsanaq, obligó a las escamas blancas a servirla y asignó los diferentes grupos a sus hijos.
Ziorgaerryr sabe que mantener el control de todo su territorio va a ser difícil solo con sus hijos, así que se ha puesto en contacto con Nizgagg y Nissith del Valle Blanco para establecer una alianza. Espera que los hijos de estos ancianos puedan aparearse con los suyos y así ampliar su familia.
Bosque Muerto
Este bosque es el hogar de una tribu bárbara que salió de Bosque Lejano, durante muchas décadas ha estado aislada de sus congéneres, pero desde que Chandrayna, la hija mayor de Ziorg, comenzó a acosarlos y a pesar de recibir ayuda del resto de los valles del oeste han debido dejar el lugar. El bosque ha sido completamente congelado haciendo que la vida allí sea imposible; salvo para las remorhaz que se han apropiado del lugar. Estos bichos se han convertido en una fuente de alimento para los dragones de la zona.
A pesar del control férreo que tiene Chandrayna sobre la zona, depende de sus escamas blancas para cazar y mantener alejados a los intrusos. Por esto mismo, los dracónidos a sus órdenes tienen cierta libertad para moverse por todo el valle. Esta libertad les ha permitido contactar con los escamas blancas de los valles del oeste y ha comenzado a prender la llama de la rebelión entre ellos. Más tarde o temprano se alzará una rebelión para liberarse de la esclavitud a la que les tiene sometidos su ama.
Aventurarse en el Bosque Muerto es algo realmente peligroso, además de enfrentarse a muchos dracónidos leales a Chandrayna, la zona se ha convertido en la zona de cría de las remorhaz. El frío mágico que cubre la zona es aún más peligroso, los árboles están completamente congelados y es difícil hacer fuego para calentarse. Pero es paso obligado para aquellos que quieran enfrentarse a la dragona blanca. Por ahora, ninguno de los que lo han intentado han regresado.
Bosque del Gigante
Aunque es cierto que este bosque tiene el nombre de su habitante más conocido, un gigante de escarcha. Lo realmente imponente son sus enormes árboles, tan grandes y desafiantes como los que se puedan encontrar en las profundidades de Areslya.
El gigante se llama Arunbar y tiene un trato con Ivorryrth, otro de los hijos de Ziorgaerryr. Arunbar le provee de presas para alimentarse a cambio de no ser expulsado del bosque. Sin embargo, ambos traman matarse el uno al otro. El gigante está harto de trabajar para él y de aguantar a sus sirvientes pululando continuamente por el bosque. Por otro lado, el dragón sabe que el gigante tiene un gran tesoro escondido y quiere arrebatárselo, por lo que sus encuentros suelen ser siempre muy tensos y solo falta una pequeña chispa para que ambos se enzarcen en una lucha a muerte.
La Llanura
Esta llanura está cruzada por tres ríos, Gélido, Gigante y Serpiente. Toda esta parte es una tundra donde apenas hay algún árbol perdido. Azotada continuamente por los vientos del norte no hay población alguna salvo por los animales adaptados para vivir aquí. Esta zona es patrullada continuamente por la hija más pequeña de Ziorg, Aminyrth.
Aminyrth es la más solitaria de todos sus hijos, y también la más rebelde. Muchas veces deja su territorio para aventurarse en el oeste y conocer a sus habitantes, estos viajes suelen tenerla ocupada durante semanas, lo cual preocupa mucho a su madre. Otras veces decide viajar hasta el Mar Maldito para mezclarse entre la población que vive en sus orillas. Aunque le ha llamado la atención unos seres que habitan la Sierra de la Maldición, no sabe quiénes son, pero vigila sus movimientos desde el aire.
Las Ruinas de Soardel
Este lugar tan apartado fue en su día una fortaleza enana, aunque nadie podría decir quienes fueron los enanos que la crearon. Esta fortaleza aparece en los mapas más antiguos en los registros de Daheron, en algunas notas se habla de que fue una expedición al norte, pero no se dice quién envió a aquellos enanos a esa parte del mundo.
Actualmente estas ruinas son el refugio de las criaturas que rondan por aquellos parajes y entre los pueblos que habitan las Tierras sombrías corren muchos rumores de que allí habita un ser maligno de gran poder. Para mucho son solo historias de terror para que lo niños se vayan a dormir, para otros es una gran verdad y para unos pocos es una oportunidad de ganar fama y, porqué no, un buen tesoro.