La Guardia del Látigo de la Ciudadela

por Juan Milano

Cerca de diez mil soldados guardan la Ciudadela. Protegen a todos los siervos de los Reinos del Norte de los ataques de los dragones blancos y son unidades militares de élite capaces de maniobrar con eficiencia y disciplina en el campo de batalla. También son carceleros de demonios y son tan hábiles cazándolos como reteniéndolos.

Deben su nombre a los látigos de hierro dulce que esgrimen para defenderse de los infernales y su fundación se remonta a la Alianza del Cónclave tras la Gran Guerra. Pertenecer a la Guardia del Látigo fue un gran honor, pero con los años este organismo se ha convertido en destino de buenos para nada y gente con mala suerte que solo busca un jornal, así como de entusiastas convencidos de servir a una gran causa. Muchos se refieren a ellos como la Guardia o, sencillamente, los látigos.

La Guardia del Látigo alberga miembros de los cinco pueblos que conforman el cónclave: gente de la Estirpe del Hielo, representantes de las tribus bárbaras, Escamas Blancas, ogros y enanos. Una vez alguien ingresa, su especie, procedencia aspecto o familia queda atrás y pasa a ser una nota de color, una anécdota. No son pocos los que se alistan buscando el anonimato o un nuevo comienzo.

Lejos del boato, la burocracia y el hambre de gloria, solo hay tres grados: comandante, capitán y soldado.

Hay cuatro comandantes, uno por cada bandera: Bandera de Carceleros, Bandera de Oradores, Bandera de Infantería (la más numerosa) y Bandera de Cazadores.  

Cada bandera se compone de once legiones simples y una legión de honor, cada una bajo el mando de un capitán; excepto la Bandera de Cazadores, la que cuenta con menos miembros, que se vertebra en cuatro legiones.

Los soldados deben obedecer las instrucciones de cualquier capitán o comandante, aunque no pertenezcan a una unidad bajo su mando.

Las unidades pequeñas de siete miembros se llaman Nidos y están bajo el mando de un Águila. No todos los números pertenecen a un Nido. Cada Nido se considera un colectivo especializado con habilidades especiales muy concretas. Es habitual que uno o más Nidos de Cazadores actúen muy lejos de la Ciudadela, generalmente en misiones de captura de infernales.

La Bandera de Carceleros

Comprende el grueso de la organización y reúne a las personas que garantizan la seguridad dentro de la prisión. Son excelentes luchadores cuerpo a cuerpo y han recibido un entrenamiento exhaustivo que incluye ejercicios de fortalecimiento de mente y espíritu que los protege del control mental, el miedo, el sueño inducido mágicamente y las ilusiones.

Nidos en activo:

Dos unidades de interrogadores y una unidad de élite anti-fugas. Algunos miembros del conocido como Nido Primos incluyen siete tiefling especializados en detectar mensajes de los demonios aprisionados a víctimas de susurros.

Los susurros son palabras, ideas, frases que solo escucha una persona concreta. A efectos prácticos, se trata de comunicación telepática entre un demonio y una posible víctima, generalmente con intención de sembrar la tentación y corromper su alma.

La Bandera de Oradores

Comprende clérigos consagrados a Ghodeir, Sadira y Alinne. Su principal función es mantener a raya la influencia demoníaca en los Reinos del Norte siendo el equipo de inteligencia de la Guardia. Bendicen armas y equipo expresamente forjado para luchar contra demonios y mantienen alta la moral de la tropa. Siendo unidades militares, ofrecen consuelo espiritual y curan las heridas y enfermedades de la Guardia.

Nidos en activo:

Los salvalmas son unidades de clérigos guerreros con voto de erradicar la presencia demoníaca de Zhirsanaq. El Nido de Exorcistas consagra lugares acechados por el mal y expulsa a los espíritus demoníacos de los individuos y los objetos que hayan sido poseídos.

La Bandera de Infantería

Un ejército con nombre propio. Infantería especializada en actuar en las escarpadas de las montañas gélidas del Norte. Disciplinados, concienciados y endurecidos por horas de práctica diaria son la defensa que la Alianza necesita frente a dragones y demonios. Aproximadamente dos quintas partes de esta Bandera son ogros, quienes destacan por sus cualidades físicas y bravura en el campo de batalla.

Nidos en activo:

La joya de la corona son los Artilleros, especializados en manejar máquinas de guerra contra criaturas voladoras. Los infiltradores suelen romper las líneas enemigas para permitir en paso de sus compañeros y embolsar a las desdichadas tropas enemigas

La Bandera de Cazadores.

La Bandera menos numerosa aglutina a los especialistas en capturar demonios fuera de la prisión de la Ciudadela. Armados con los famosos látigos mágicos que dan nombre a la Guardia, capturan infernales y los encierran en cajas de hierro dulce forjadas por maestros enanos que escoltan hasta la prisión. Son los miembros de la guardia más acostumbrados a operar lejos de la misma y no es raro que ocupen identidades falsas para confundirse con el entorno y atrapar a los demonios más escurridizos. Pueden desplazarse usando los zepelines de los enanos Sarakh e, incluso, saltando a través de los Portales Errantes, a los que pueden convocar.

Sus filas se nutren de monjes, paladines y guerreros que han jurado lealtad a la Alianza. Sus Nidos no tiene nombres y se reconocen por letras. Todos los soldados de la Bandera de Cazadores operan en Nidos y sus líderes no se llaman Águilas sino Laceros.

Nidos en activo:

Sus filas se nutren de monjes, paladines y guerreros que han jurado lealtad a la Alianza. Sus Nidos no tiene nombres y se reconocen por letras. Todos los soldados de la Bandera de Cazadores operan en Nidos y sus líderes no se llaman Águilas sino Laceros.

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