Invasión: ¿Quiénes son los Arnotari? (III)

Los Experimentos

Antes de La Llegada, los Arnotari exploraron la Tierra, aunque nadie sabe exactamente cuando llegaron por primera vez se piensa que fue entre 1997 y 2001, realmente fue a finales del siglo XIX. Ocultos tras la luna enviaron algunas lanzaderas para poder evaluar sobre el terreno y por ellos mismos lo que había visto desde la órbita. Durante ese tiempo abdujeron a multitud de personas para entender el funcionamiento del cuerpo humano y así una vez llegado el momento poder ofrecer algo que de verdad interesara a la población del planeta.

Desde su auténtica llegada hasta su aparición pública invirtieron el tiempo en aprender muchos de los idiomas, costumbres y religiones. Pero realmente estaban interesados en la fisiología del ser humano, por lo que no dudaron en descender al planeta y abducir a diferentes individuos de forma aleatoria, al principio. Una vez que trazaron las bases de su investigación conociendo el funcionamiento del cuerpo humano comenzaron a realizar estas abducciones de forma calculada, seleccionando a individuos concretos a los que someterían a un seguimiento mucho más exhaustivo. Averiguaron que el cerebro humano es fácil de sugestionar, pero desconocían que era capaz de recuperarse con relativa rapidez, por lo que sus sujetos de investigación no tardaron en recordar todos aquellos experimentos a los que fueron sometidos.

Por aquel entonces, el director científico era Loutan Vikan, fue quien diseñó todos los experimentos desde el primero hasta el último. A medida que pasaba el tiempo Loutan comenzó a sufrir una de las muchas degeneraciones de las que adolecen los Arnotari, pero en su caso fue psicológica. Cada vez los experimentos eran más osados y poco le importaba el sufrimiento de los especímenes, cuando estos hechos llegaron a los oídos del representante y del Sínodo, fue destituido y apartado de las investigaciones, terminando recluido hasta que finalmente falleció.

Sin embargo, ahora tenían serios problemas entre manos, los últimos especímenes abducidos eran tullidos y niños. Los tullidos habían sido objeto de intervenciones para reemplazar los miembros dañados o bien fueron implantados con prótesis mecánicas. El Representante Isola sabía que no podían ser devueltos a la Tierra con aquellas mejoras, pero tampoco podían retirárselas, por lo que decidió que serían ellos los que permanecerían en la nave y serian sus maestros en los idiomas y usos terrestres. Pero el principal problema eran los niños, habían descubierto que los niños humanos eran tremendamente resistentes al condicionamiento mental y aún más, es sus breves estancias en la nave habían adquirido conocimientos que no podían dejar escapar. Por lo que fueron educados en las costumbres Arnotari esperando que surgiera un plan para ellos en un futuro.

Hoy por hoy, los Arnotari no han dejado de hacer experimentos, pero los hacen de una forma mucho menos intrusiva, aprovechan los hospitales terrestres para seguir investigando los cuerpos y mentes de los seres humanos. Aplican los conocimientos adquiridos por Loutan Vikan a la hora de implantar o reemplazar miembros con elementos biomecánicos, así como los implantes cibernéticos que permiten el acceso directo a las computadoras, cámaras, redes y otros elementos de uso común. Este tipo de implantes ha cambiado la vida de la sociedad humana por completo, aquellos que se dedicaban a la programación ya lo hacen de forma totalmente distinta interactuando directamente con interfaces virtuales que se conectan al córtex cerebral, ya no verás a un periodista o un cámara cargando con la cámara, son pequeños drones que flotan cerca de la persona que los controla a través de un implante neural. Aquellos que nacen con deformidades o ausencia de alguna extremidad, o que durante su vida debido a accidentes pierden alguna, ahora pueden reemplazarla por una prótesis biomecánica que cambiará sus vidas. Lo mismo ocurre con los globos oculares o el oído, gracias a la tecnología Arnotari ahora los humanos son capaces de poder remplazar esos órganos que son vitales. Pero todo este avance científico centrado en la medicina va mucho más allá, y sus aplicaciones son incontables, los enfermos de riñón ya no tienen que esperar un trasplante de un donante compatible ni pasar horas de diálisis, prácticamente se ha llegado al punto de que se puede sustituir cualquier órgano que falle por uno nuevo biomecánico que se ajuste al cuerpo de su receptor.

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