Al contrario de lo que muchos piensan, la Resistencia no son solo un puñado de humanos con tendencias xenófobas, aunque algunos hay entre sus filas. Esta organización está formada mayoritariamente por humanos, pero son muchos los Arnotari que se han unido a sus filas. Algunos porque se han unido como pareja a un humano y otros porque sencillamente no creen que la labor del Sínodo y su Representante sea lo correcto. A través de estos Arnotari la Resistencia consigue la información para poder frustrar muchos de sus planes y mantener a raya las pretensiones de los alienígenas.
La Resistencia está organizada en pequeñas células de no más de cuatro o cinco miembros, de esta forma pueden ser muy versátiles y actuar de forma certera sin despertar sospechas. Su principal foco de acción es la infiltración en los lugares donde se sospecha que la actividad Arnotari supone un riesgo para los humanos. Los objetivos principales son las embajadas y los centros educativos, desde allí se puede conseguir mucha información clasificada. En algunos casos han conseguido infiltrarse en los Soldados de la Paz, pero las continuas revisiones hacen caer a los infiltrados frecuentemente. Sin embargo, los centros médicos son uno de los puntos más fáciles a la hora de infiltrarse, pero aún les falta dar el siguiente paso, que el agente sea elegido para trabajar en los centros médicos especializados.
Después de tantos años, la Resistencia sigue teniendo muchos problemas para meter a uno de sus agentes en las ciudades Arnotari, hasta tal punto que durante años han dejado de intentarlo. Pero parece ser que tienen un amigo en una de ellas y han comenzado a recibir informaciones de gran valor, ahora solo falta el paso decisivo, introducir y activar una célula en su interior.
Una de las premisas de la Resistencia es no mantener nunca, jamás, una confrontación directa, este tipo de sucesos siempre van en su contra, no solo por el enfrentamiento en sí, también por el potencial peligro de los civiles. Aunque no lo parezca, esta lucha es tanto mediática y de marketing como lo es de sabotaje o espionaje; la idea es conseguir la información y las pruebas para desenmascarar al Sínodo Arnotari y no enfrentarse nunca directamente con ellos, que sea la gente quién descubra como son manipulados y que decidan sublevarse. En ese momento y solo entonces la raza humana podrá ser otra vez libre.
En los primeros tiempos, cuando la Resistencia empezó a tomar forma, los miembros de esta organización eran muy reacios a tener contacto con los Arnotari, salvo unos pocos. Con el paso del tiempo se han dado cuenta que esta lucha también se ha convertido en una lucha interna, no todos los Arnotari son partidarios de la situación actual y creen que la coexistencia puede ser viable sin tener a un opresor. Muchos Arnotari se han unido a las filas de la Resistencia, unos tras la deserción y otros colaborando desde dentro. De hecho, muchas de las células activas se han convertido en los canales de deserción y de extracción de parejas mixtas que quieren huir de las previsibles presiones y amenazas por parte de la sociedad Arnotari. Al final la mayoría de estos desertores colaboran como traductores, investigadores, médicos y expertos tecnológicos para la Resistencia. Todos son de gran valor para la causa, pero estos últimos quizá sean los que más aprecio reciben por sus conocimientos y trabajos para la Resistencia.
Uno de los principales frentes de acción es el hackeo de las redes Arnotari, estos especialistas tecnológicos se encargan de rediseñar el equipamiento capturado o crear los implantes que los hackers de la organización van a utilizar. Y aquí es donde entran en juego los médicos Arnotari, su tecnología, y su conocimiento del cuerpo humano es indispensable para implantar esta tecnología en los cerebros de los hackers, lo mismo ocurre cuando hay que realizar una amputación con el reemplazo del miembro, aunque los médicos humanos son muy capaces de hacerlo, los conocimientos de los Arnotari son indispensables. Durante los últimos años en la clandestinidad muchos de los médicos y tecnólogos Arnotari se han encargado de transmitir sus conocimientos a los humanos dentro de la Resistencia con programas de estudio, tutelaje y prácticas para que todas las células puedan ser más efectivas a largo plazo. Sin ellos, las diferentes células perderían la comunicación y quedarían aisladas de las demás.
Sin embargo, La Resistencia no es un concepto que se pueda considerar “una unidad”. La resistencia en los Estados Unidos no se habla con la europea, incluso dentro de una misma nación hay diferentes grupos organizados que están enfrentados. Aunque poco a poco se va consiguiendo esa necesaria cohesión, la contaminación política es una barrera muy difícil de saltar. Precisamente por las rivalidades que existen entre las diferentes entidades llamadas resistencia han fracasado operaciones importantes. La falta de comunicación entre ellas los ha llevado a emprender acciones contra los mismos objetivos entorpeciendo las acciones de unos y otros, incluso llegan a competir por quién llega antes a un objetivo y lo que es peor, a enfrentarse abiertamente. Esto solo beneficia a los Arnotari y lo saben.
Es una situación que se repite una y otra vez, en Bélgica el enfrentamiento entre Balones y Flamencos, en España los independentistas y los nacionalistas, en Italia el norte y el sur. Al final, la Resistencia es un caos donde priman más los beneficios particulares que los generales.