El Extraño Este

Al este de Zhirsanaq se extiende una vasta región que durante mucho tiempo ha estado aislada del resto del continente. Las enormes montañas de la Columna del Mundo son una barrera natural que ha impedido la comunicación con estos lugares. A pesar de que existen algunos pasos entre las montañas, estos han estado perdidos u olvidados durante generaciones. Sin embargo, las comunicaciones marítimas han mantenido la comunicación en la medida de lo posible, bordeando el continente ya fuera por el sur o de forma mucho más arriesgada por el norte durante el verano glaciar.

Pero el este es algo enorme, que se extiende desde el final de los Hielos de Ziorgaerryr en el norte hasta los territorios del Osario. Para la gran mayoría de los habitantes del oeste esta zona es un gran misterio, a algunos les suena que han oído hablar de las junglas de Zahirinia, o incluso de las tierras libres del este, pero para la gran mayoría son historias de marineros y poco más. Pero la realidad va mucho más allá.

En estas tierras orientales hay otras culturas y civilizaciones, quizá más pequeñas y sobre todo desconocidas, ocultan cientos de misterios, pero para los aventureros están llenas de oportunidades. Siempre y cuando puedan regresar con vida. Los peligros aquí son incluso mayores que en los Viejos Reinos. Las Tierras del Este son el hogar de razas ya conocidas, pero con costumbres diferentes, algunas de ellas consideradas extintas o desaparecidas.

En la Sierra de la Maldición se haya la ciudad perdida de Puerta Negra, el hogar de los elfos de la estirpe de Sinae, también conocidos como elfos oscuros. Las Tierras Sombrías, cubiertas de forma casi perenne por nubes de lluvia son su territorio, pero lo comparten con otras especies y compiten por los recursos, a veces es un campo de batalla. Un poco más al sur se encuentra el distante reino enano de Tornael, quizá sean los únicos enanos que habitan en la superficie y que solo se adentran en las profundidades para extraer recursos. Los enanos de Tornael se han especializado en algo que se aleja mucho de sus primos, son navegantes. Más al sur aún están las Tierras Libres, unas tierras sin gobierno y salpicadas de pequeños pueblos y algunas ciudades. Los bosques están habitados por elfos tan celosos de su intimidad que nadie osa a entrar en sus dominios. Estas tierras dejan paso a la antigua Zahir, ahora Zahirinia. Una gran extensión de jungla que abarca miles de millas hacia el sur, desde la costa hasta la Columna y terminando en un enorme humedal salpicado de numerosos lagos.

A partir de este punto el territorio se convierte en una casi interminable estepa habitada por pueblos nómadas, siempre vigilantes y sin perder atención de los movimientos que suceden en el sur.

Las costas orientales están bañadas por el Mar Maldito y por el Océano de las Tormentas. El Mar Maldito comienza en el norte, en el límite de los Hielos de Ziorgaerryr. Desde este mar se adentran en la costa continuas nubes de tormenta que oscurecen el cielo y dan el nombre a todo ese territorio, las Tierras Sombrías. Por decirlo de alguna forma, los días soleados son muy pocos a lo largo del año y esto es un regalo para una de las culturas que habitan este lugar, los hijos de Sinae, también conocidos como los elfos oscuros. Las Tierras Sombrías terminan en las montañas de Tornael. Estas montañas están habitadas por enanos que han dedicado gran parte de sus vidas a navegar por las peligrosas costas del este expandiéndose a las Islas Abandonadas. Aunque parezca extraño los enanos de Tornael han hecho del mar su hogar y se han convertido en exploradores con la vista puesta en oriente. Según sus más sabios ancianos debe haber más tierra más allá del mar, pero las tormentas siempre han impedido que se cumplan esos sueños.

Pero no adelantemos nada aún. En las próximas entradas iremos desgranando cada zona de este territorio para ampliar más aun si cabe las posibilidades de aventura.

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