Es la segunda nacida entre los dioses, durante
mucho tiempo fue inseparable de su hermana mayor Ashet. Durante la llegada de
los dioses más jóvenes, se encargó de recibirlos y enseñarles todo lo necesario
para estar a bien con su madre Aras. Pero pasó el tiempo, todos sus hermanos y
hermanas comenzaron a ser adorados por las razas mortales y ella que siempre
había estado tras el telón no era conocida ni adorada. Esto no era un problema
para ella, pero envidiaba la capacidad de los mortales para crear familias, sus
propias familias.
Por aquel entonces los dioses podían convertir su esencia en carne y bajar
personalmente a Médanon y caminar por sus tierras, relacionarse con sus
habitantes y conocer de otra forma el mundo que su madre había creado.
Ashimet decidió que era el momento de tomarse un descanso y conocer a aquellos
que adoraban a sus hermanos y no a ella. Vivió entre los diferentes pueblos,
comió lo que daba la tierra y tras mucho tiempo conoció a los elfos, pero uno
de ellos cautivó su corazón. Estaba unido en matrimonio desde hace muchos años
y no tenían descendencia, pero aun así él estaba locamente enamorado de su
esposa y por mucho que Ashimet lo intentará no pudo romper sus lazos. La
envidia en el corazón de Ashimet crecía, también el rencor y surgió la llama
del engaño. Ashimet decidió tomar la forma se la esposa para así poder yacer
con su amado, y así fue.
La fortuna, o posiblemente Aras, quiso que Ashimet
engendrara un hijo. Ashimet llena de pánico usó su poder para arrancar a su
futuro hijo de su interior y colocarlo en el vientre de su rival. Ashimet llena
de dolor y rabia decidió dejar el plano terrenal y vigilar a su hijo desde su
hogar entre los dioses. Lo que ocurrió con su hijo ya es otra historia. La
historia de los elfos oscuros.
Ashimet descubrió que su poder crecía con el engaño y la mentira, desde
entonces comenzó a jugar con sus hermanos, arrojando medias verdades y mentiras
sutilmente construidas para enemistar a unos contra otros. Después hizo lo
mismo con los mortales y descubrió que eran mucho más dóciles y serviciales con
las mentiras adecuadas. Muchos siglos después Aras prohibió a los dioses ser
carne para descender a Médanon, así que Ashimet necesitaba que alguien
extendiera sus mentiras y engaños, así que se retiró y buscó la forma de
hacerlo. De sus mentiras, el odio y la rabia creó a los demonios, desde
entonces son sus agentes en el mundo mortal, aunque poco a poco dejaron de ser
necesarios, muchos mortales ya la servían y adoraban, incluso tenían una fe inquebrantable
en ella.
Sin embargo, su mayor y más peligrosa mentira estaba por llegar. Convenció a Kalar para que la ayudara a deshacerse de Akhara y probar si un mortal pudiera convertirse en dios. Todo esto llevó a la desaparición de Akhara y la investidura de Osrun, un mago convertido en liche y ahora dios de todas las cosas muertas.
Odia a Elenne por arrebatarle una parte de sus hijos y anhela la posición de Ashet. Ashimet es la personificación de la envidia.
Alineamiento: Caótico Malvado.
Dominios: Engaño, Muerte y Oscuridad
Símbolo: Una daga atravesando un pergamino
¿Quiénes son sus devotos seguidores?
Los seguidores de Ashimet son los elfos oscuros, los ladrones, asesinos y todos aquellos que viven de engañar y robar a los demás. Ellos saben que no hay nada como una gran estafa o engaño para complacer a su diosa y obran en consecuencia. Sin embargo, sus seguidores prefieren agruparse en jerarquías, algo muy alejado de la naturaleza de Ashimet. Creen que también deben protegerse entre ellos para medrar entre los inocentes y los incautos. Pero el hecho de que entre ladrones, estafadores y asesinos haya leyes complace a su diosa, porque no hay nada mejor que cambiar las leyes para beneficio propio.
La Iglesia de Ashimet
Quizá sea una de las organizaciones más complejas a la hora
de describirla, aunque los clérigos de Ashimet no están muy bien vistos entre las
naciones de Zhirsanaq y deben ocultarse bajo el aspecto de viajeros o buscavidas,
sus templos se levantan en todas las ciudades conocidas. Eso sí, siempre
ocultas, pero abiertas a sus fieles y solo ellos saben como y cuando
visitarlos.
Pero la iglesia de Ashimet va un poco más allá de lo que hacen las iglesias de
otros dioses. En sus templos se llevan a cabo funciones muy importantes para
mantener cierto orden entre sus adoradores. Los clérigos hacen de
intermediarios entre clientes y proveedores, son los encargados de suministrar
los contratos y ser los árbitros entre cualquier problema surgido entre ambas
partes. En el caso que se incumpla un contrato, serán los clérigos los que se
encarguen de ejecutar el castigo pertinente y todo esto a cambio de una pequeña
compensación para mantener la iglesia.
Por otro lado, la iglesia mantiene su respaldo a una organización que tiene
tabernas y posadas repartidas por todo el mundo. Estos lugares son territorio
neutral donde no se pueden cometer delitos o asesinatos, tradicionalmente son
lugares de reunión y donde los diferentes gremios criminales hacen sus
reuniones y llegan a muchos acuerdos.
Ritos
Los clérigos de Ashimet no suelen celebrar ningún rito especial, salvo uno. Cada cien años las dos lunas de Médanon quedan ocultas y no brillan en el cielo de Zhirsanaq. Esa noche los clérigos se reúnen y realizan un ritual para invocar a uno de los hijos de Ashimet. Durante los últimos siglos este ritual ha sido frustrado por agentes enemigos, pero están preparando un nuevo ritual ya que el tiempo se acerca.